Las cefaleas en racimo son bastante raras, pero son muy fuertes y particularmente estresantes. Los sentimientos que surgen en algunos pacientes pueden llegar hasta el impulso suicida, algo que, por suerte, ocurre muy raramente.
Se estima que el número de personas afectadas es sólo de una entre mil. Las cefaleas en racimos aparecen de 4 a 5 veces más a menudo en hombres que en mujeres y especialmente entre los 20 y los 50 años. Las mujeres de entre 40 y 50 años son las más afectadas.
Las cefaleas en brotes son similares a las migrañas, pero mucho más dolorosas. Las razones son en gran parte desconocidas. Parece que algunas disfunciones cerebrales desempeñan un papel. La nicotina y el alcohol pueden empeorar o incluso desencadenar los efectos. A menudo se dispone de medicamentos como terapia.
¿Cuáles son las características de las cefaleas en racimos?
Hay varias cosas que componen este tipo de dolor de cabeza. Esto incluye:
- Las cefaleas en racimos suelen alcanzar su máxima intensidad rápidamente, en 5 ó 10 minutos.
- En la mayoría de los casos, el dolor se localiza en un solo lado de la cabeza. En raras ocasiones, cuando comienza un nuevo periodo de cefalea, el dolor puede cambiar al otro lado. El dolor suele sentirse detrás o alrededor del ojo y se extiende a la frente, la sien, la nariz, la mejilla o las encías superiores del lado afectado.
- Las cefaleas en brotes no suelen durar más de 90 minutos de media, aunque pueden durar entre 15 minutos y hasta 3 horas.
- Los ataques de cefalea en racimos parecen estar relacionados con el ritmo circadiano, lo que significa que tienden a aparecer a la misma hora cada día. Esto es especialmente cierto en el caso de los ataques nocturnos. Los ataques nocturnos también parecen ser más graves que los diurnos.
- La mayoría de las personas tienen un dolor de cabeza diario que dura hasta 3 meses. Entre estos periodos pueden no tener ningún dolor. Los periodos sin dolor pueden durar hasta 12 meses o más.
¿Cuáles son las causas de las cefaleas en racimos?
Algunos expertos están convencidos de que las cefaleas en racimos son el resultado de una anormalidad en la reactividad cerebral frente a estímulos externos e internos que conduce a una síntesis y secreción excesivas de los neurotransmisores norepinefrina y serotonina. Lo contrario conduce a un agrandamiento de los vasos cerebrales y a reacciones inflamatorias que son responsables del dolor.
Una predisposición genética, combinada con otros factores, provoca los ataques. Los siguientes factores desencadenantes pueden desencadenar, agravar o acelerar una cefalea en racimos:
- Estrés mental o físico, crónico o agudo
- Tensión muscular en el cuello, los hombros, los ojos o la cara
- Cambio climático
- Enfermedades como infecciones, meningitis, migrañas, tumores cerebrales, etc.
- Analgésicos
- Consumo de nicotina, alcohol
- Falta de sueño
- Cambios hormonales en el embarazo
- Tensión ocular excesiva, etc.
¿Cómo se diagnostica una cefalea en racimos?
Para el diagnóstico exacto del tipo de cefalea, debe realizarse una historia clínica muy completa, teniendo en cuenta los antecedentes personales y familiares.
La historia clínica suele incluir los siguientes datos:
- Inicio, localización y duración del dolor
- Frecuencia de los ataques e intensidad del dolor
- Tipo de dolor
- Síntomas asociados como mareos, alteraciones visuales, pérdida de sensibilidad, etc.
- Factores desencadenantes del dolor
- Factores que aumentan o disminuyen el dolor
- Circunstancias del suceso
- Capacidad personal para hacer frente a las restricciones
- Actividad profesional, ocio, relaciones sociales
- Historia familiar
- Tratamientos recibidos y eficacia
- Toma de medicamentos
- Expectativas y motivación.
Otras opciones de diagnóstico en Pain Physicians incluyen exámenes físicos y neurológicos, análisis de laboratorio, TAC y RMN para descartar posibles enfermedades, tumores, etc.
¿Cómo se trata una cefalea en racimos?
Existen varias opciones para tratar la cefalea en racimos.
Fármacos como el Sumatriptán, el Zolmitriptán, la Dihidroergotamina, la Lidocaína, etc., se prescriben habitualmente y son eficaces para el tratamiento de las cefaleas.
A menudo, las medidas preventivas pueden detener las cefaleas antes incluso de que se desarrollen. En los casos de cefalea en racimos, el médico puede recetar medicamentos para acortar la duración del racimo y reducir la gravedad de los ataques. Estos medicamentos preventivos incluyen corticosteroides, tartrato de ergotamina, gabapentina, carbonato, topiramato, verapamilo, etc.
El bloqueo del nervio occipital es otra opción para tratar las cefaleas en brotes. En este caso, el médico inyectará una mezcla de anestésico y esteroide en estos nervios. Están situados en la base del cráneo y suelen ser el punto de partida de las cefaleas. Se trata de un tratamiento temporal hasta que el tratamiento preventivo empiece a funcionar.
La estimulación nerviosa, como la estimulación de los nervios occipitales, también puede ayudar. El médico especialista en dolor implantará quirúrgicamente un dispositivo que envía impulsos eléctricos a este grupo de nervios en la base del cráneo.
Intervenciones quirúrgicas: si nada más funciona, la cirugía puede ser una opción para las personas que no consiguen aliviarse de las cefaleas en racimo. La estimulación cerebral profunda, en la que se inserta un electrodo en las profundidades del cerebro, pierde importancia frente a opciones menos invasivas. La mayoría de los procedimientos consisten en bloquear el nervio trigémino, una de las principales vías del dolor. Controla la zona alrededor del ojo, pero un paso en falso puede costar debilidad en la mandíbula y pérdida de sensibilidad en la cara y la cabeza.
Cambios en el estilo de vida: estas medidas pueden ayudarle a evitar las cefaleas en brotes:
- Mantener un horario de sueño regular
- Evitar el alcohol, la nicotina y la cafeína
- Reduzca su nivel de estrés
- Ejercicio 3-5 veces por semana
- Come sano